🤯 OpenAI. Tres CEOs en 48 horas y el mundo en vilo.


Lo que está pasando en Silicon Valley con OpenAI, la que es…o era…probablemente la empresa más prometedora de todo el mundo tech, da para libro, o peli…o serie de Netflix. Parece una vida lo que ha pasado en las más de 72h que hace que el mundo AI convulsionó con el despido de Sam Altman, y muchos nos dedicamos, palomitas en mano, a ver como quien ve la última de Star Wars.

Todo comenzó el viernes, mediodía en la costa oeste de USA, tarde en España, cuando OpenAI publica un comunicado en el que «tras deliberación» la junta directiva ha decidido cesar de sus funciones como CEO a Sam Altman, el hombre marca y cabeza visible de la compañía en este año en el que desde que se lanzó ChatGPT, ha ido sin freno hacia la cima. Podéis leer el comunicado en el siguiente enlace:

https://openai.com/blog/openai-announces-leadership-transition

Nada de comunicados conciliadores ni suerte en el futuro…acusan a Altman de no ser transparente y declaran que han perdido la confianza en él. Además, degradan a Greg Brockman (Segundo de abordo y mano derecha de Altman) de la presidencia, aunque conserva su puesto en la compañía reportando directamente al nuevo CEO, que pasa a ser de forma interina la actual CTO de la compañía, Mira Murati.

Pasan las horas, y en este punto de confusión, se empieza a especular con que la razón real del movimiento es la división interna en OpenAI por el futuro de la IA. De un lado, Altman, Brockman e inversores (con Microsoft a la cabeza) apostando por seguir este camino de acelerar la máquina y si vienen las curvas ya las tomaremos como sea, aunque sea con las uñas, y por otro un grupo más conservador, que apuestan por echar el freno, pararse a pensar a dónde nos lleva todo esto antes de encontrarnos en un punto de no retorno. Este grupo lo lidera Ilya Sutskever a quien se le atribuye gran mérito de la tecnología detrás del modelo GPT.

El sábado Sam Altman se desayuna con este tuit:


Bajo este alegato al amor, mucha gente incide en su mensaje inicial «I Love You All» en el que también ven las iniciales del que puede haber sido su Bruto de César, I Love You All, ILYA. Me parece fascinante la posibilidad de que Sam nos esté apuntando a su asesino en plan Señor Burns con Maggie en el reloj de sol.


Sea como fuere, según avanza la jornada, las voces críticas con el despido de Altman comienzan a aflorar. Principalmente de los inversores (de nuevo con Microsoft a la cabeza), que son los que se están jugando la pasta y ven como el mundo ha girado la cabeza hacia OpenAI – y por primera vez no es por algo positivo – y por otro los empleados, ingenieros y gente fuerte de OpenAI, que cuenta, recordemos, con unos 770 empleados.

A lo largo del domingo la junta empieza a ver que la han cagado bastante fuerte y que el avispero se les cae. Llaman a Sam Altman con ánimo conciliador y lo citan en las oficinas de OpenAI para tratar de pactar su regreso, y hacer como que aquí no ha pasado nada.

Sam tuitea desde las instalaciones de OpenAI y de nuevo no da puntada sin hilo:

«Primera y última vez que uso uno de estos». El mensaje deja bastante a la imaginación. ¿Se refiere a que no hay vuelta atrás? ¿Se refiere a que vuelve a su posición de CEO? Muchas dudas y pocas respuestas aunque todo parece indicar que es más lo primero.

Al parecer Altman pide cambios profundos que no son aceptados, y se marcha.

OpenAI establece a Emmett Shear (de la corriente «conservadora») como nuevo CEO. Shear se da 30 días para investigar qué ha pasado y tomar acciones en consecuencia.

Y mientras tanto, Microsoft (que recordemos es propietario del 49% de las acciones de OpenAI) ve como su pasta está en juego, no se queda quieta.Tras el intento frustrado de restablecer a Altman como CEO de OpenAI, Satya Nadella (CEO de Microsoft) lanza la bomba en twitter:

Anuncia la incorporación de Sam Altman y Greg Brockman como líderes de un nuevo departamento de investigación de IA, al que están invitados todos los empleados de OpenAI. Microsoft acaba de hacer la compra tecnológica más potente y barata de la historia.

A lo largo de ayer, las voces críticas dentro de OpenAI no hacen más que aumentar. Muchos de los 770 empleados empiezan a mostrar su descontento con la situación y se posicional al lado de Sam Altman. Tuitean todos a la vez «OpenAI no es nadie sin su gente». Entre ellos, un nombre destacado: Mira Murati la CEO más breve de la historia que ocupó el puesto entre la destitución de Altman y el establecimiento de Shear. Sam Altman se hincha a dar «Me gustas» el lío está montado. OpenAI se desangra.

Por su parte, Ilya Sutskever, sospechoso de haber montado todo este tinglado y azuzar a la junta para que acabase esto como el rosario de la aurora, sale en Tuiter haciendo un Juan Carlos I…»lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a suceder»


A lo largo de la tarde, los empleados descontentos lanzan un comunicado conjunto, que es firmado por 700 de los 770 empleados, en los que piden que se restablezca la situación del jueves pasado y amenazan, en caso contrario, con marcharse a Microsoft asegurando que tienen oferta en firme de la compañía para unirse al nuevo laboratorio de Altman y Brockman.


De los firmantes, con Mira Murati a la cabeza, destaca un nombre…número 12. Ilya Sutskever. Con dos cojones.

Y hasta aquí llega – de momento – el culebrón. El último tuit de Altman (de ayer por la noche, mediodía en Silicon Valley) deja todo en el aire.

Queda por resolver, cuánta gente permanece en OpenAI, ya que de ello dependerá su presente y su futuro. Cuánta acabará en Microsoft y qué nos tendrá preparado ahora con todo el talento de OpenAI y el dinero por castigo.

Las próximas semanas van a ser frenéticas, y esto parece Melrose Place. Coged vuestro cubo de palomitas…y a disfrutar.

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